Cuando acompaño a personas en consulta, una de las dudas más frecuentes es si lo que están viviendo es realmente un ataque de ansiedad y cómo pueden gestionarlo. Se trata de una experiencia intensa y muy desagradable, pero también es algo que se puede superar con las herramientas adecuadas. En este artículo te explico de forma clara qué es, cómo se manifiesta y qué puedes hacer para recuperarte, tanto en el momento como a largo plazo. Si estás pasando por esta situación, puedes reservar una consulta online o presencial conmigo para recibir una guía personalizada.

¿Qué es un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad es una respuesta del cuerpo ante una percepción de peligro, aunque ese peligro no sea real. Es un pico muy intenso de activación física y emocional que aparece de forma repentina y puede generar una sensación de pérdida de control. Aunque se vive como algo alarmante, es una reacción del sistema nervioso diseñada para protegerte.

Síntomas de un ataque de ansiedad

Los síntomas varían de una persona a otra, pero los más comunes son:

Taquicardia, falta de aire, mareo, temblor, sudoración, presión en el pecho, hormigueo en manos o cara, nudo en el estómago, sensación de irrealidad, miedo a perder el control o a morir.

Cuando la intensidad sube rápido, es normal que aparezca confusión y la sensación de no poder detenerlo.

¿Un ataque de ansiedad es peligroso?

Aunque sea muy alarmante, no es peligroso. El cuerpo está activando un mecanismo de defensa y, aunque parece que algo grave va a ocurrir, no te va a pasar nada irreparable. No produce infartos, no provoca la muerte y no causa daños permanentes.

Es completamente comprensible que lo vivas como algo serio, pero saber que no supone un riesgo vital suele ser un primer paso para recuperar la calma.

¿Cuánto dura un ataque de ansiedad?

Un ataque de ansiedad suele durar entre 10 y 20 minutos, aunque puede dejar una sensación de agotamiento o inquietud durante más tiempo. La duración depende de cómo interpretes lo que estás sintiendo: cuanto más miedo generen los síntomas, más prolongado puede ser el episodio.

¿Qué le sucede al cuerpo durante un ataque de ansiedad?

Durante el ataque, el cuerpo entra en un estado de hiperactivación:

Aumenta la respiración, el corazón late más rápido, los músculos se tensan, sube la adrenalina y la mente busca señales de peligro. Es la misma reacción que tendría ante una amenaza real, pero aquí aparece sin un motivo objetivo.

Entender este proceso permite restarle dramatismo y recuperar la sensación de control.

Cómo calmar un ataque de ansiedad

Existen estrategias efectivas que puedes aplicar en el momento:

cómo calmar un ataque de ansiedad

  • Respiración lenta y diafragmática: ayuda a regular la activación.
  • Conectar con los sentidos: mirar, tocar o escuchar estímulos concretos reduce la sensación de desconexión.
  • Anclajes corporales: apoyarte en una superficie, caminar despacio o sostener algo entre las manos.
  • Aceptar la ola emocional: recordarte que pasará y que tu cuerpo sabe volver a la calma.

La clave está en no luchar contra los síntomas, sino permitir que pierdan fuerza por sí solos.

Qué hacer ante un ataque de ansiedad

Lo primero es buscar un entorno seguro y centrarte en tu respiración.
Después, si puedes, identifica pensamientos catastrofistas que estén alimentando el miedo.
Cuando el cuerpo empiece a bajar la activación, es un buen momento para reflexionar sobre los factores que pueden estar generando esta respuesta: estrés acumulado, conflictos, cansancio, exceso de exigencia…

Si estos episodios se repiten, es importante trabajar el origen en terapia para que dejen de aparecer o disminuyan considerablemente.

Ataques de ansiedad por la noche

Cuando ocurren mientras duermes, pueden despertarte con una intensa sensación de peligro. Son muy comunes y suelen relacionarse con acumulación de estrés, hiperactivación mental o preocupaciones que no se han procesado durante el día.

Lo más importante es saber que no estás en riesgo, aunque tu cuerpo reaccione como si lo estuvieras. Con un trabajo terapéutico adecuado, estos episodios nocturnos disminuyen de forma notable.

Diferencia entre ataque de ansiedad y ataque de pánico

Aunque a veces se usan como sinónimos, no son exactamente lo mismo:

Ataque de ansiedad: aparece como resultado de una acumulación de tensión o preocupación. La intensidad crece de forma gradual.
Ataque de pánico: surge de manera abrupta, sin un desencadenante claro, y puede incluir una sensación de terror extremo.

En ambos casos, el abordaje psicológico es eficaz y permite recuperar el equilibrio.

Tratamientos psicológicos para los ataques de ansiedad

En terapia trabajo con enfoques que ayudan a:

  1. Identificar los desencadenantes
  2. Regular la respiración y la activación fisiológica
  3. Modificar pensamientos que alimentan el miedo
  4. Desarrollar herramientas de autocontrol emocional
  5. Reentrenar al cuerpo para que no active la alarma de forma innecesaria

El tratamiento es altamente efectivo y suele ofrecer mejoras en pocas semanas.

Si deseas aprender a gestionar estos episodios o reducir su frecuencia, puedes reservar una consulta online o presencial conmigo. Estaré encantada de ayudarte a recuperar la calma y sentir mayor control sobre lo que te ocurre.